sábado, 25 de enero de 2014

SAN PABLO DE TARSO Apóstol de los Gentiles



(Saulo de Tarso) Apóstol del cristianismo que él transformó en religión universal (Tarso, Cilicia, h. 4/15 - Roma ?, h. 64/68). Era hijo de judíos fariseos de cultura helenística y con ciudadanía romana, es conocido como el Apóstol de los gentiles, el Apóstol de las naciones, o simplemente el Apóstol, y constituye una de las personalidades señeras del judaísmo del siglo I d.C. y del Cristianismo primitivo.



Pablo habría nacido entre los años 5 y 10 en Tarso justamente, una ciudad que ocupa el territorio que hoy pertenece a Turquía. Cuando Pablo fue tirado por tierra, fue capaz de entregarle a Cristo absolutamente todo sus ser. Mas tarde pudo decir "ya no soy yo quien vive, es Cristo quien vive en mi". Respecto de su formación, Pablo contaba con una Respecto de su formación, Pablo contaba con una sólida formación académica que incluía conocimientos sobre teología, filosofía, hechos jurídicos, lingüística y mercantil, además, hablaba perfectamente los idiomas: griego, latín, arameo y hebreo, situación que por supuesto le abriría el camino para la difusión de su mensaje.

Pablo escribió 13 cartas que forman parte del Nuevo Testamento y están dirigidas a las comunidades de gentiles, paganos convertidos por su predicación. En ellas les exhorta, les guía en la fe y enseña sobre ética y doctrina. Los Hechos de los Apóstoles. Particularmente a partir del capítulo 13 son, a los efectos prácticos, los hechos realizados por Pablo. Los Hechos transmiten un conjunto notable de informaciones sobre él, desde su «conversión» en el camino a Damasco hasta su llegada a Roma como prisionero. Los escritos de San Pablo adaptaron el mensaje de Jesús a la cultura helenística imperante en el mundo mediterráneo, facilitando su extensión fuera del ámbito cultural hebreo en donde había nacido.


Así que perseguí a muerte a este camino e hice encadenar y meter en la cárcel a hombres y mujeres; esto lo saben muy bien el sumo sacerdote y el Consejo de los Ancianos. Incluso me entregaron cartas para nuestros hermanos de Damasco, y salí para detener a los cristianos que allí había y traerlos encadenados a a Jerusalén para que fueran castigados.


Iba de camino, y ya estaba cerca de Damasco, cuando a eso de mediodía se produjo un relámpago y me envolvió de repente una luz muy brillante que venía del cielo.







Caí al suelo y oí una voz que me decía: “Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?”


Yo respondí: “¿Quién eres, Señor?” Y él me dijo: “Yo soy Jesús el Nazareno, a quien tú persigues.


Los que me acompañaban vieron la luz y se asustaron, pero no oyeron al que me hablaba.


Entonces yo pregunté: “Qué debo hacer, Señor?” Y el Señor me respondió: “Levántate y vete a Damasco. Allí te hablarán de la misión que te ha sido asignada. para que fueran castigados.


Iba de camino, y ya estaba cerca de Damasco, cuando a eso de mediodía se produjo un relámpago y me envolvió de repente una luz muy brillante que venía del cielo.


Caí al suelo y oí una voz que me decía: “Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?”


Yo respondí: “¿Quién eres, Señor?” Y él me dijo: “Yo soy Jesús el Nazareno, a quien tú persigues.


Los que me acompañaban vieron la luz y se asustaron, pero no oyeron al que me hablaba.





Entonces yo pregunté: “Qué debo hacer, Señor?” Y el Señor me respondió: “Levántate y vete a Damasco. Allí te hablarán de la misión que te ha sido asignada. (Hch 22,4-16)

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